Los pensionistas se movilizan

A pesar de que es el tercer año consecutivo que se revalorizan las pensiones con tan sólo el 0,25%, porcentaje muy inferior al índice de precios al consumo (IPC) experimentado los años 2016, 2017 y previsiones para el 2018, no ha sido hasta ahora que una parte de los pensionistas en todo el territorio nacional ha expresado su descontento participando en las diferentes manifestaciones convocadas.

La participación aquí en nuestra ciudad ha rondado las 800 y mil personas, cantidad en mi opinión muy superior a la previsible si tenemos en cuenta la falta de organizaciones específicas combativas relacionadas con la problemática de los pensionistas y la “normalización” de la conducta mayoritaria de la población dejando hacer a la clase política sin exigir soluciones ni fiscalizando su gestión.

Estas manifestaciones-movilizaciones como punto de partida son esperanzadoras, aunque también puede ocurrir –ojala me equivoque-  que sea flor de un día y se disuelva como un azucarillo y todo quede en una enorme frustración. Mención aparte merece los pensionistas proveniente de pueblos colindantes que se desplazaron para sumarse a la manifestación, todo un gesto que demuestra la firme voluntad de luchar por sus derechos, que, ojala, irradie simpatías y estimule conciencias prolongando el tiempo necesario las acciones hasta materializar mejoras sensibles y dignas para el conjunto de los pensionistas.

Cohesionar un colectivo tan basto y diverso no resultara fácil pero si necesario, y todo ello como elemento dinamizador para la consecución de un elevado grado de eficiencia en la larga lucha que se avecina, si aspiramos a algo más que al pataleo o de fuente de votos hacia aquellas formaciones políticas interesadas en obtener redito, condicionando las movilizaciones y su resultado.

Ningún pensionista es ajeno a las importantes diferencias de cantidades que se percibe, oscilando la horquilla entre los llamados jubilados mayores de 65 años que perciben 639,30 € y la pensión máxima de 2.580,10 €, diferencia más que importante a la vez que injusta, cuestión está agravada si la comparamos con aquellas personas que perciben la viudedad, siendo la cantidad mínima de 484,10 €. Así, el sistema de revalorización anual de las pensiones cuyo cálculo se obtiene sobre la base de un porcentaje y el importe de la pensión agrava aún más las diferencias de cantidades a percibir entre pensionistas. Pongamos un ejemplo; Un jubilado que percibe la pensión mínima de 637,40€ y se le revaloriza un 2% su pensión verá incrementada un 12,75 € mes; En contraste, otro jubilado que percibe una pensión de 2.100 € y se le revaloriza también el 2%, el incremento mensual será de 42,00 €, 29,75 € más todos los meses. Es decir, además de percibir una pensión tres veces mayor la misma se verá incrementada tres veces más que el ejemplo de referencia, cuestión está injusta y éticamente indefendible.

Abrir un debate respecto a nuevas formas de revalorización que permita una mayor cohesión social a la vez que defienda propuesta éticamente aceptables y justa es imprescindible, un ejemplo es la subida lineal, permitiendo que todas las pensiones suban la misma cantidad a todos/as con independencia de la pensión que percibas. Con esta fórmula evitaríamos se incrementen las diferencia entre las pensiones aunque no se corrigen las diferencias ya existentes.Pancarta1

Otra fórmula, en mi opinión más justa porqué corrige las diferencia existente entre pensiones es la subida proporcionalmente inversa, es decir, las pensiones más alta revalorizarán la cuantía de las más baja y las más baja revalorizarán el importe de las más alta. Así, con está formula las pensiones con el tiempo irán acercándose progresivamente y las diferencias entre las mismas disminuyendo.

Este debate no estará exento de pasiones e intereses por encima del interés general, donde detractores y defensores agudizarán sus diferencias, hasta aquí todo normal, ahora bien, en toda lucha y contra la desigualdad y la opresión los sectores más castigados -los pensionistas con pensiones más bajas- escenificarán un mayor esfuerzo e ímpetu y por lo tanto de posibilidades de dinamizar la lucha.

Jubilados y pensionistas todos, esto sólo acaba de empezar y se presume que la lucha será larga, difícil y apasionada, eso sí, recordemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona.