El enemigo compañera del alma no es el varón (el macho), lo es en gran medida el poder y quien lo ejerce con indiferencia de que sea mujer o varón, justamente en esto momentos el papel de la mujer en las esferas del poder es más que significativa, a saber; ministras, empresarias, científicas, etc., y un sinfín de parcelas dirigentes de carácter técnico que les permite desarrollar ampliar parcelas de influencia y de subordinación. En definitiva, al margen de los datos elocuentes e indignos de las víctimas de manos del varón, la armonización de las relaciones sociales pasa por concretar una sociedad profundamente democrática, justa, igualitaria, solidaria y autogestionaria, donde la libertad sea el elemento canalizador de la misma. Salud y anarquía.
PD. El articulo de referencia y valoración pinchar en el enlace de abajo.
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