Votar es un ejercicio de irresponsabilidad con nuestra realidad de transformación social y personal y, no, lo que sistemáticamente los servidores del sistema nos dicen tenemos que hacer en tiempo de elecciones…..”Votar es un derecho que hay que ejercitar “obligatoriamente”, si no, después no te queje de cómo lo hacen los que fueron elegidos”…… Como si los que votan tuviesen cauces de participación real y efectiva en la resolución de sus problemas (más allá de volver a participar en un nuevo proceso electoral), en el hipotético caso que los elegidos prometiesen algo y lo incumpliesen. Al igual que él no votante, el único “derecho” objetivo es el del pataleo, de momento.
Los que participan –la clase política parasitaria– incentivando deleguemos nuestra capacidad de decisión secuestran la voluntad de la mayoría social en su propio beneficio y los de aquellos que se sirven de ellos –El Estado y Capital-, así, como el clientelismo secular que genera el poder político en las administraciones de los diferentes ámbitos geográfico donde se implantan con el pretexto de atender las necesidades de la ciudadanía. El negocio está servido, no faltando por parte de las clases sociales más necesitadas y los que aspiran a ocupar puestos de dirección en las diferentes formaciones políticas “voluntarios” que fortalezcan el sistema de usurpación de la voluntad social de la mayoría.
Ahora, en vez de procurar formas de organización social donde se garantice el derecho a decidir, la libertad, justicia e igualdad social y económica, ve, vota y remachas tus cadenas.