Desde que en enero de 2006 se presentase la primera denuncia por supuesta estafa contra Juan Pedro Vega Gil, administrador y propietario único de la extinta entidad financiera CREDIJEREZ han pasado algo más de diez años. Esta denuncia ha sido sobreseída hasta en tres ocasiones, recurriéndose la misma y sentenciándose por la Audiencia Provincial de Cádiz su apertura y continuidad del proceso de instrucción e investigación de los hechos denunciados, la última de fecha 9 de Noviembre de 2015.
Archivos Mensuales: mayo 2016
Ante el 1 de Mayo de 2016, organización, lucha y solidaridad
Envidiosos. Así de tajante es José María Carrascal en la sección «La Tercera» del ABC del 17 de marzo de 2016. La «envidia hacia el que triunfa, un rasgo tan característico del carácter español (…), esa mala leche tan especial que, con la envidia, aparece en todas las capas sociales». Carrascal es un personaje que gira hacia el conservadurismo, por lo que no nos extraña su comentario; al contrario, es lo que podemos esperar. Pero si lo resaltamos, es por la carga ideológica que lleva detrás. Lo expresado por Carrascal tiene un nombre: meritocracia. Esto es, la ascensión social en base al mérito, la capacidad y el espíritu competitivo. La sociedad estadounidense es, supuestamente, un exponente de sociedad meritocrática, puesto que cualquier persona, de la clase social que sea, puede llegar a triunfar. Y si no, eres un loser o perdedor, como se dice en castellano. Para que esto pueda ser realidad, las políticas que se desarrollen deben girar en torno a la promoción de la movilidad social, para que así el hijo de la persona con menos recursos pueda llegar a ser presidente del gobierno de los EE. UU. o un empresario de éxito. En la práctica, esto no es real, dado que la adscripción (la posición social heredada) es un factor clave.
Poder, Autoridad, Dominio: una propuesta de definición
En el curso de mis estudios sobre la tecnoburocracia, sobre la autogestión y sobre la utopía (1) se me presentó el problema de una definición del poder. En cada oportunidad daba una definición más o menos explícita, funcional dentro del contexto de esa reflexión en particular: se trataba siempre de definiciones parciales y provisorias cuyo alcance estaba limitado por la exigencia de evitar malentendidos en un discurso centrado sobre otros temas. Sin embargo, el problema de fondo seguía abierto, cada vez más abierto a medida que la reflexión progresaba en amplitud y profundidad (o, al menos, cuando estaba convencido de que esto era así).